Tengo muchos de ellos. Pero uno en especial.
Y como me trae muchos problemas, quiero dejarlo en claro:
ME CREO EL CENTRO DEL UNIVERSO.
Y no lo soy.
No... No?
pero el mayor problema no es ése.
Sino que me doy cuenta que pequeño es mi universo.
sábado, 2 de octubre de 2010
sábado, 14 de agosto de 2010
Errores
De vez en cuando cometemos grandes errores. Sobre todo las mujeres.
No estoy hablando de errores boludos como comprarte un jean ajustadito pensando que vas a bajar de peso y al mes se lo regalas a tu hermana menor, porque en realidad subiste dos kilos más y ya no te pasa ni por la cadera.
Hablo de errores ENORMES. Big mistakes.
De esos de los que una hora después te estás arrepintiendo.
Como esa amiga mía que tomó un poquito de más y se comió a un chino.
No porque el chino fuera feo o por discriminación pero… dejate de joder: UN CHINO te tenias que comer?
Obviamente es motivo de torturas varias, si hasta hicimos un grupo en facebook y todo!
O como ese otro amigo que osó (y no era panda) sacarse un par de fotos sugestivas con un travesti en América.
Pero decime papanata, no te diste cuenta que esas fotos en media hora (máximo) iban a subirse a la web, y tooooodo el barrio te iba a tildar de cometrabas?
Claramente, es el día de hoy que lo mantenemos alejado de los lagos de Palermo por la seguridad de su reputación y la de su novia, pobrecita.
Volviendo al tema, las minas somos especialistas en mandarnos cagadas. Y después no saber cómo solucionarlas.
Por ejemplo:
Generalmente si tenemos que elegir entre dos hombres, seguro que caeremos en las garras del peor de los dos.
Cuanto peor nos traten más nos gusta.
Eso se debe a que somos unas aneuronadas sin sentido de la ubicación (¿) que no podemos mirar más allá de nuestras propias narices.
(No es mi caso, que mi novio es el santo de la espada, que me soporta).
O si tenemos que salir una noche, de ESAS noches, donde tenemos que estar diosas, y tenemos que salir a matar, estrenás ESA remera y te das cuenta que en realidad es incomodísima.
Entonces pasas tu noche completa pendiente de que no se te caiga en bretel, se te vea el corpiño, se te levante, o se te vea la panza.
Estúpida! Por qué no te la probaste ANTES?
En mi caso, cometo grandes errores por distraída, torpe o simplemente por estúpida.
El último (motivo de este post) fue simplemente por estúpida.
La cosa es que como les conté en el post anterior, andaba (ando) en crisis conmigo misma.
Estoy sin laburo, con un mal humor que va en creciente y como consecuencia me peleo con tooodo el mundo.
No se salvó nadie.
Entonces la idea fue cambiar un poco. Y ahí vino el error.
Como alguna vez he dicho, las mujeres no deben cambiar nunca de peluquero, de yogurt y de algo más que ahora no me acuerdo.
Bueno, agrego otra: Las mujeres no deben cambiar de color de pelo. O por lo menos yo.
Si, señores de la audiencia (¿), me teñí de rubia. Otra vez.
Y no. No estoy contenta.
Nota mental: no volver a agarrármela con el pelo, la próxima vez que me pelee con mi alterego.
Despues no digan que no avise (¿)
Seria algo así, pero menos tierna
No estoy hablando de errores boludos como comprarte un jean ajustadito pensando que vas a bajar de peso y al mes se lo regalas a tu hermana menor, porque en realidad subiste dos kilos más y ya no te pasa ni por la cadera.
Hablo de errores ENORMES. Big mistakes.
De esos de los que una hora después te estás arrepintiendo.
Como esa amiga mía que tomó un poquito de más y se comió a un chino.
No porque el chino fuera feo o por discriminación pero… dejate de joder: UN CHINO te tenias que comer?
Obviamente es motivo de torturas varias, si hasta hicimos un grupo en facebook y todo!
O como ese otro amigo que osó (y no era panda) sacarse un par de fotos sugestivas con un travesti en América.
Pero decime papanata, no te diste cuenta que esas fotos en media hora (máximo) iban a subirse a la web, y tooooodo el barrio te iba a tildar de cometrabas?
Claramente, es el día de hoy que lo mantenemos alejado de los lagos de Palermo por la seguridad de su reputación y la de su novia, pobrecita.
Volviendo al tema, las minas somos especialistas en mandarnos cagadas. Y después no saber cómo solucionarlas.
Por ejemplo:
Generalmente si tenemos que elegir entre dos hombres, seguro que caeremos en las garras del peor de los dos.
Cuanto peor nos traten más nos gusta.
Eso se debe a que somos unas aneuronadas sin sentido de la ubicación (¿) que no podemos mirar más allá de nuestras propias narices.
(No es mi caso, que mi novio es el santo de la espada, que me soporta).
O si tenemos que salir una noche, de ESAS noches, donde tenemos que estar diosas, y tenemos que salir a matar, estrenás ESA remera y te das cuenta que en realidad es incomodísima.
Entonces pasas tu noche completa pendiente de que no se te caiga en bretel, se te vea el corpiño, se te levante, o se te vea la panza.
Estúpida! Por qué no te la probaste ANTES?
En mi caso, cometo grandes errores por distraída, torpe o simplemente por estúpida.
El último (motivo de este post) fue simplemente por estúpida.
La cosa es que como les conté en el post anterior, andaba (ando) en crisis conmigo misma.
Estoy sin laburo, con un mal humor que va en creciente y como consecuencia me peleo con tooodo el mundo.
No se salvó nadie.
Entonces la idea fue cambiar un poco. Y ahí vino el error.
Como alguna vez he dicho, las mujeres no deben cambiar nunca de peluquero, de yogurt y de algo más que ahora no me acuerdo.
Bueno, agrego otra: Las mujeres no deben cambiar de color de pelo. O por lo menos yo.
Si, señores de la audiencia (¿), me teñí de rubia. Otra vez.
Y no. No estoy contenta.
Nota mental: no volver a agarrármela con el pelo, la próxima vez que me pelee con mi alterego.
Despues no digan que no avise (¿)
Seria algo así, pero menos tierna
viernes, 6 de agosto de 2010
Crisis.
Esta semana tuve una de las peores peleas que puedo llegar a tener.
Porque estuve peleadísima con ella mucho tiempo, y le sabotee absolutamente todo.
Y llegó el momento de amigarnos, y de sentirnos bien, la una con la otra.
Y esta semana, otra vez sopa.
Sigue siendo la misma terca, obstinada y orgullosa de siempre.
Le expliqué mil veces que las injusticias existen, y que yo no tengo la culpa de todo lo que le pasa.
Aunque de vez en cuando, y bien a propósito, la hago trastabillar para que se despierte. Para que se sienta viva otra vez.
No pide perdón, jamás. La reina batata, dice mi mamá, si no la gana, la empata. No conoce el arrepentimiento, a menos que haya lastimado.
Y yo a veces me pregunto, si todo esto es un defecto o una virtud que no logro apreciar.
Lo tomo como un defecto y sigo.
No se reconoce culpable de nada. Siempre soy yo.
Cuando habla de más es porque yo le llené la cabeza.
Si logra algo, el mérito es solo suyo. Y bueno, también hay que reconocer que la muy guacha tiene una constancia increíble. De tan obstinada llega a la recta final, cansada, pero llega, de eso no hay duda.
Le sobran ovarios para enfrentarse conmigo y si se siente sumisa, o encerrada, llora. Con los demás, puede pelear, pero a veces elige el silencio. El silencio no es mi idioma.
Como el escorpión, si la acorralan pica. Pero es el único animal que mata por placer.
Dura como la piedra, para todo. Y eso incluye lo bueno y lo malo.
En fin.
Es una gran pelea de poderes. Donde ninguna de las dos, nunca, va a salir victoriosa.
Aprendemos de a poco a convivir.
Pero de vez en cuando pasan estas cosas, no sabemos bien porqué. Nos amamos y nos odiamos. Nos envidiamos.
Existe una sola persona que nos conoce a las dos juntas. Y nos acepta como somos. Diferentes, y juntas.
Yo, asi, gordita, malhumorada y bocona.
Ella, un poco más tímida, pero con lengua filosa.
Yo, intentando sonreír.
Ella, intentando seguir.
Yo, enamorada.
Ella, libre y loca.
Yo, estudiando.
Ella, jugando.
Yo, durmiendo.
Ella, despierta temprano para hacer mates.
Yo, escribo.
Ella, Lee.
Yo trato de entender.
Ella trata de explicar.
Es medio raro pelearte cuando sabes de antemano lo que te van a responder.
Pero de vez en cuando está bueno discutir con uno mismo.
Poner en duda absolutamente todo. Empezar de cero. Romper las estructuras y volver a generar nuevas.
Mi AlterEgo y yo estamos, otra vez, en crisis.
mmmm… Oportun-crisis.
lunes, 26 de julio de 2010
Odisea... de Comprar Ropa.
Nunca pero NUNCA voy a entender ese cliché pelotudo de las minas de ir a comprar ropa.
Y peor aún si van en tropa (léase mi hermana y mi mamá).
La mayor parte la siento una tortura china, y parece que el mundo se complotó con mi vieja para romperme los soberanos ovarios, y yo no veo la hora de volverme a mi casa con la bolsita, para no perderme Dr. House.
Si gente, sépanlo, Dr. House, Friends, Glee, La Ley y el Orden U.V.E., son muchísimo más interesantes que escuchar a las boludas de las vendedoras que con tal de que te lleves algo te dicen que te queda lindo el saquito con el cual vos te sentís un cerdo a punto de ser adobado para Navidad.
Las vendedoras de ropa de mujer nacieron con una lobotomía y un coeficiente intelectual digno de una tortuga. Es una raza de personas completamente inútiles que ni siquiera sirven para acertar en el talle del pantalón.
A ver pedazo de hija de un camión de trolas en celo, si laburás en este local hace más de cinco años porque la mente no te da para más, no podés adivinar que ese pantalón hecho para escuálidas a mi no me va a entrar? Juro que son desquiciantes.
Me fui a comprar un jean, y reconozcámoslo, estoy bastante más gordita que la última vez.
(N. de la A. “VB”: VENDEDORA BOLUDA)
A: Hola, quería un jean de esos que tenés en la vidriera, en qué precio están?
VB: Mmm, a ver (nunca recuerdan los precios o en su defecto los buscan en el pantalón cuando vos ya te fijaste, te subestiman encima!)… $500. Sino este azul está a $150, pero es de la temporada pasada.
A: Y qué diferencias hay con el de $500?
VB: Que ese es de esta temporada.
(Confirmado, sos una estúpida, o tus jefes unos ladrones)
A: bueno, dame el azul, en talle para mi (gordita), asi me lo pruebo.
VB: Probate este, es talle 20
A: No me va a entrar
Vb: Si!! Te va a quedar perfecto.
Ok, acto seguido, le tuve que pedir cuatro veces que me diera talles mas grandes, porque obviamente el 20 nunca pasó más alla de mis caderas, el 22 no me cerraba, con el 24 parecia un matambre, hasta que por fin llegue al 26, forra te hice laburar como una negra por hacerme sentir gorda!
La otra cosa que me molesta son los precios.
Entras y preguntás cuanto sale una cartera. Ilusa, te creiste que la podías pagar?
VB: La verde con tachitas sale $350 y la negra de cuero $680.-
Pero de qué me viste cara? De Amalita Fortabat? Te crees que voy a hipotecar un riñon y vender las piernas de bailarina de mi hermana para comprarte a vos?
Y por qué mierda me mirás con cara de “es una ganga”?.
Por último ir a comprar ropa, en mi caso por lo menos, conlleva dos riesgos:
Ir con mi mamá y mi hermana. O ir sola.
Si voy con mi vieja y la fashion-asesorademoda-mepongounsorongoenlacabezaymequedabien de mi hermanita, puedo estar cuatro (CUATRO) horas de reloj para conseguir un par de medias.
Y no es joda.
Como no me gusta comprar ropa, lo primero que encuentro, que me gusta y me queda potablemente bien (lease que no me marque los rollitos), me lo llevo, palo y a la bolsa, apúrense que empieza Glee, y hoy van a definir si la echan a Rachel por comerse al bombon de adrenalina vocal (¿?).
Pero ahí sale la voz de pito de mi señora madre: “Vamos a dar una vueltita a ver si encontramos algo que te guste más”. “Pero má, a mi me gusta esa”, “dale, capaz encontramos otra mas linda”
Y la put…
Ahí me agarra el chifle, la cara de culo, el dolor de pies, las ganas de no seguir viendo millones de vidrieras, y las sospechas (y deseos) de ser adoptada.
Y claramente nunca encuentro nada mejor.
Pero ir sola puede ser también torturante… a la vuelta.
Entro a casa. “Mami mirá la remera que me compre”
Mmmm… sí es linda, pero… no había una más suelta?
Lease: o bajás de peso, o cada vez que te pongas esa remera voy a ser el pajarito picaseso que te pregunte si no había otra más suelta…
Si, señores, no soy una mujer normal.
No me gusta comprar ropa, prefiero toda la vida gastarme toda esa plata en libros y dvds de series yanquis.
Definitivamente… Soy una Nerd.
miércoles, 3 de marzo de 2010
Estupidez sin límites.
Esta es la Prueba fehaciente de que me recibí (y mi hermano lo disfrutó)
No me voy a excusar luego de menuda ausencia.
Solamente les voy a pasar a comentar los acontecimientos que…. Acontecieron?, y que justifican aunque sea un poco, el porqué de la desaparición.
- Me recibí (aplausos por favor).
- Me puse de novia (aplausos… para él).
- Me fui de vacaciones a Cordoba con mis amigas y aprendí a cocinar. (y sin envenenar a nadie, algo nunca visto hasta ahora).
- Me fui a Mar del plata. Dos veces.
- Volvi a Córdoba.
- Perdi el título secundario (como haces para perder un título secundario?).
Seguramente, al leer esto, hará comentarios de la índole “quién fue el arriesgado que se puso de novio”.
Pobrecito. El dia de mañana seguramente lo recordarán como “San Matías, el mártir de los novios”. Pero por ahora no levantemos la perdiz, que si se aviva y lee los posts anteriores, seguramente recibiré la patada que corresponde en el lugar que corresponde.
Pasemos a otra cosa.
Hemos comprobado en este último tiempo que la estupidez de quien les habla y por sobre todas las cosas el maldito gen defectuoso ha ido en franco aumento, conjuntamente con la edad.
A fin de año, cuando me quise anotar en la facultad noté la falta de mi título secundario. Recuerdo nítidamente haberlo puesto dentro de un cuaderno, libro o lo que fuere y guardarlo en la biblioteca.
También recuerdo a mi mamá limpiando afanosamente todos los rincones de ESA biblioteca.
Develemos el misterio: me lo tiró a la mierda. Y ella insiste en que no. Por suerte todavía no descubrió cómo firmar este blog, asi que me quedo tranquila, no te podes defender de mis acusaciones públicas, Madre.
No importa. Conociendo al resto de los habitantes de la casa, incluido el perro, debería haberlo guardado bajo siete llaves. En fin, la culpa es mía.
Que tuve que hacer para recuperarlo? Denuncia en la comisaría.
QUÉ?
Denuncia en la comisaría (tono resignado).
QUÉ?
Sos sordo, ciego o Idiota? IR A LA POLICIA, ponerme en la cola de denuncias, atrás de un tipo que le habían afanado el auto, delante de un pibe al que le había robado el celular y los documentos.
Y yo ahí.
La escena fue algo asi como…
Poli: “Si?, por qué asunto Señorita?”
Agu: “Vengo a denunciar elextraviodeeltzcicjsdfiuasdfsdf….”
Poli: “que?”
Agu: “vengo a denunciarkjfsadkjfasdkusd…..”
Poli: “Señorita, disculpe no la entiendo.”
Agu: Que VENGO A DENUNCIAR EL EXTRAVIO DE MI TÍTULO SECUNDARIO”.
Poli: “mjjjjjjfff….. vengmjjjjfffff….. vengaporacmmmmjjjfff... VENGMMMJJJFFFPORACAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAAJAJAJAJJAJAJ!”.
Bueno, exageré. Pero que me miraron con cara de que tenian ganas de cagarse de risa, sin duda.
La cosa es que lo recuperé.
Y me propuse dejar de hacer boludeces. Soy una chica ya bastante grandota, recibida y con novio. BASTA de tonterias.
O sea, las últimas torpezas giraron en torno a quebrarme alguna parte del cuerpo, perder documentos importantes y terminar en la comisaría.
De ahora en más derechita voy a andar. Lo prometo.
Me fui a preparar el mate.
Y ahí nomas le puse yerba al termo.
Y esta es la prueba fehaciente de que no me tomo vacaciones para las idioteces.
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