domingo, 28 de diciembre de 2008
Se vinieron las vacaciones...
Gente, en tres días me voy a Mar del Plata con mis viejos.
Si, ya se que estoy medio grandota para irme con la familia, pero la cosa es que este año tenía ganas de descansar, y además por una cuestión de tiempo, era mardel o nada. Y claramente, elegí La Feliz.
Además debo reconocer que con mis padres, mis primos, mis hermanos, y demás, ratoneando carpas (alquilamos dos, y somos como 20), la cosa se hace bastante amena, y hasta les diría graciosa.
Bueno, igual, les quería hablar de otra cosa, que sinceramente, me preocupa, al igual que todos los años, pero ahora tengo a quien/es confesárselo.
La playa. Si, les juro, la playa. Por varias cuestiones que ahora pasaremos a detallar.
La primera, es el sol. Soy, como ya deben haber notado, DEMASIADO blanca. Y me quedó un trauma bastante grande de un verano que mi vieja me puso el protector que habíamos usado el año anterior. Yo debería tener no más de cinco años, y fui la primera a la que encremó ( del verbo encremar: madre que hincha la paciencia para que te pongas crema, porque sino dormís en percha durante todo el resto del verano, y a la playa vas con remera, porque tenes quemaduras de tercer grado).
El problema fue que lo que me protegía se había ido al fondo del pote, y por ende me pusieron solamente crema hidratante. Vieron los tomatitos cherry? Bueno, eran blancos al lado mío.
Recien hace un par de años, y por culpa de irme con 10 minas que se la pasan al sol como lagartos, aprendí a no terminar como un camarón. De todas maneras, sigo huyéndole, porque me molesta a los ojos y detesto estar con la nariz fruncida como si oliera caca todo el día. Si algún lector tiene la receta para estar al sol, y no tener la nariz fruncida, ni los anteojos negros, porque sino termino como un mapache, le voy a agradecer que me la diga.
Como segundo problema, es la cuestión de la malla. Odio estar a dieta y no hago la excepción para el verano, asi que voy con mi pancita, llena de las pastas de mi padre, la cerveza con las chicas, y el mc donalds con mi novio, a cuestas y con orgullo.
Ahora eso sí, logro quedarme en bikini recién al cuarto día, cuando la obesa de la carpa de al lado con la microtanga amarilla, me saca la vergüenza y para colmo me hace sentir una diosa.
La unica cagada es el yeguo ( masculino de yegua: terrible pibe, rubiecito, bronceado, seguramente jugador de futbol, pancita marcada, metro 90 de altura, y mucha pero mucha onda) que está al otro lado del pasillo. Mientras yo me calzo los auriculares para no escuchar el bardo que hace mi familia jugando al burako, y me tiro cual morza encallada en la arena, el chabon tira facha desde su carpa jugando al truco con sus otros tres amigos, igual de yeguos que él… pero la cosa es que si le preguntas por la piba de la carpa de enfrente, seguramente te dicen “la de malla azul”.
Es mi hermana.
Y la guacha de mi hermana con su súper malla azul de ultra ultima moda, se la pasa de acá para allá, rodeada de otros 14 adolescentes, masculinos claramente, con las hormonas a full... perdón me desvié.
Al fin y al cabo, Casper es mas visible que yo en la playa. Y Bueno… El mp3 bien cargado, el libro de Galeano y mi viejo que de vez en cuando me desafía al truco, me bastan y me sobran.
Los juegos de playa, son otro problema en mi vida playística. Sobre todo los que requieren de algún elemento contundente.
Por ejemplo, voy caminando por la orilla, con un vestidito súper sexy de esos que me pongo para disimular que en bikini no valgo tres pesos, y los anteojos de sol, para tirar facha, porque la luz me sigue molestando igual, y charlando con alguno que me haya querido acompañar. Indefectiblemente, y cuando digo indef… bueno, y cuando digo “sin lugar a dudas” me refiero a que CLARAMENTE, voy a pasar por el medio de un picadito de fútbol. Y no me pregunten porqué, pero tengo un imán para los pelotazos.
Entonces, la situación va a ser mas o menos asi: pelota directo a mí, de lleno en la cara. Sangre, de mi nariz obviamente, y me desmayo. Cuando logro despertarme, me doy cuenta que los que jugaban a la pelota, eran los cuatro yeguos de la carpa de enfrente, con otros seis amigos, de igual calaña.
Listo, entiérrenme la cabeza en la arena, y déjenme ahí el resto del verano.
Otra versión parecida, es con el tejo, pero es mas doloroso, así que prefiero quedarme con la pelotita playera.
Y por último, la noche marplatense, que está bastante buena, salvo que con mi hermana al lado, se complica un poco.
Punto uno, salir con mi hermanita ( y los mismo parámetros corren para mis primas), es tardar mas de dos horas en pisar la puerta de calle. O sea, tarda minimo media hora en la ducha, luego elegir la ropa lleva unos 20 minutos más (porque no tiene todo el placard, sino le lleva otra hora), plancharse el pelo y maquillarse, hora y media… y yo hace dos horas que estoy lista en la puerta, esperándola.
Punto dos, decidir el boliche. Y ahí empieza mi ruego, gap, por favor, hoy vayamos a gap, ya nos recorrimos Chocolate, Sobremonte, bajomonte, y todos los boliches menos GAP, por favor, gap, hoy gap. (es mi boliche preferido de allá porque pasan musica vieja, y algo de rock, y la gente es más copada). Y bueno, supongamos que esa noche en particular, todos me dieron el gusto. Y allá marchamos.
Punto tres, la huida… de ellas. Entramos, no pagamos entrada, porque mi hermana se hizo amiga de un tarjetero, de esos con flequillo al costado, y malla larga. Me doy vuelta para decirle algo, y puf! Desaparecieron. Me quedé con una de las chicas, que gracias a dios tiene mi edad, solas, tomando algo. Y bailando las cumbias viejas, siempre antes exclamando “uhhh, te acordas de este tema?”. Desistimos, y nos vamos a dar una vuelta, boludear, y mientras las esperamos, a las otras tres pendejas, que salen como a las 7 de la mañana, con seis numeros de celulares diferentes anotados en la mano, “porque no tenian papel”. Y yo empiezo a pedir por favor, volver a Buenos Aires.
Y bueno. Si alguno tiene la manera de que todo esto no me ocurra en estos 10 días que me voy a de vacaciones, avisenme, o si algun otro justo en estos dias, anda por allá, venga a ayudarme. Sino, a la vuelta les juro que les cuento con detalles lo mucho que me reí, acordándome de este post.
Feliz Año nuevo gente!
Hasta la vuelta.
Y al yeguo de la carpa de enfrente díganle que tengo novio.
Pd: en la foto la de la remera de los Stones, soy yo... por las dudas vió!
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2 comentarios:
tengo la solución a todos tus problemas:
1) Sos blanca, tapate, eso tambien te salva de dar pena en malla.
2) Pasar en el medio de un picado de futbol, en un lugar de MIERDA como Mar del Plata es normal, a lo mejor te sirve para tirar un poco de facha...
3) Salida con tu hermana: Olvidate, vas muerta, la pendeja te pasa por arriba 4 ó 5 veces. Lo mejor: alejate y dejala en paz, lo tuyo es sentarse, tomarce un acervecita tranka y listo, para mas no te da el pecho.
4) marl del Plata es un lugar lindo pero en verano debería prendérselo fuego, odio tanta gente junta, colas para comer en manolo, dejame de joder. Mi experiencia en ese detestable baneario duró 8 días...habíamos alquilado 15, pero a los 8 me volví...chupala "Mardel" qudate con Moria Casan y Cherutti, yo me las pico ya.
Beso nena, gracias por tu msj de navidad, yo también te quiero.
Che la rubia gorda del medio...que largue los postres... por bien a la humanidad...
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